El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina presentó esta tarde los datos de pobreza respecto del tercer trimestre de 2018, que resultaron ser los más altos de la década: una de cada tres personas en el país es pobre, y en el Conurbano los porcentajes se acercan peligrosamente al 45 por ciento.
Los datos son alarmantes: el 33.6 por ciento de los argentinos están bajo la línea de pobreza y el 6.1 por ciento son indigentes. Hace exactamente un año, esos porcentajes eran de 28.2 por ciento y de 5.7 respectivamente, con lo cual el salto es de 5 puntos porcentuales.
Una mirada geográfica revela un escenario alarmante para nuestra Provincia: hay un 43.4 por ciento de pobres –había 36.1 por ciento el año pasado- y 8.9 por ciento de indigentes –cuando había 8.1 por ciento en 2017. Esto significa que 3.7 millones de personas del Gran Buenos Aires tienen dificultades de subsistencia.
La Universidad Católica estimó los valores obtenidos son los “más altos registrados por la EDSA-UCA desde 2010 a la fecha”. Atribuyó ese cuadro a “la inestabilidad macro-financiera”, “los efectos de la sequía sobre el PBI agropecuario” que, aseguro, “consolidaron una crisis externa que terminó con una fuerte depreciación del peso, una aceleración de la tasa de inflación y una caída del salario real”.
El rol del Estado, en este contexto, también quedó expuesto. El informe marca que “poco más de 3 de cada 10 hogares en la Argentina percibe algún tipo de programa social, manteniéndose la proporción relativamente estable desde 2014”. Aunque en 2018 hubo “un descenso de los hogares y la población en situación de pobreza que accede a transferencias monetarias provenientes de programas sociales”.
Esa tendencia, continúa el informe, “se explica por el empobrecimiento de sectores pertenecientes en los estratos medios que no acceden a transferencias por parte del Estado” que pasó del 43 por ciento al 23 por ciento en el lapso de un año.