Si bien para muchos de nosotros era esperable que se efectivice el ajuste en Ciencia y TA�cnica por parte del Gobierno actual, el nivel de resistencia demostrado por el sector de trabajadores involucrados sobrepasA? las expectativas del sistema cientA�fico en general.

No es que seamos pesimistas, pero los doce aA�os del kirchnerismo significaron hacer la vista gorda a las condiciones de trabajo precarias en las que se encontraban los investigadores por parte de sectores simpatizantes del a�?modeloa�?, propios y ajenos al sistema cientA�fico.

La primera medida de Cambiemos en la materia, con el ministro Lino BaraA�ao a la cabeza, fue dejar afuera de la carrera de Investigador de Conicet a mas de 500 trabajadores recomendados a fines de 2016.

El ejecutivo nacional que se habA�a comprometido a cumplir con la meta de crecimiento del 10% de la planta de Investigadores acorde a lo estipulado en el plan Argentina Innovadora 2020 , borraba de un plumazo la trayectoria laboral de jA?venes cientA�ficos dejA?ndolos en la calle.

Sin embargo, el despliegue nacional del conflicto, las medidas de acción directa y la unidad efectiva gestando un movimiento masivo y de base, fue la garantA�a para defender los puestos de trabajo que se intentaron recortar.

Los cinco dA�as de toma del edificio pA?blico del Ministerio de Ciencia y TecnologA�a de la Nación (MinCyt), con sus replicas en los centros regionales, significaron una experiencia que clarificA? la perspectiva de que la organización y la lucha se constituA�an en el camino para lograr la extensión por un aA�o de las becas posdoctorales con la promesa de ingreso a las Universidades Nacionales.

Con la toma del Ministerio se abriA? un proceso de organización asamblearia a lo largo y ancho del país que construyo mecanismos de representación y decisión colectivos. El avance consciente del movimiento se cristalizo en dos premisas fundamentales que trascendieron las reivindicaciones econA?micas: investigar es trabajar y la necesidad de discutir qué sistema cientA�fico necesitamos como pueblo.

El aA�o 2018 nos encuentra nuevamente frente a un recorte tanto en el presupuesto para Ciencia y TA�cnica como del ingreso de Investigadores a la carrera de Conicet. Los doblemente recomendados que pierden su puesto de trabajo suman 380. Desde 2016 al presente se redujeron un 50% los ingresos a carrera de Investigador y un 20% las becas doctorales.

Desde las organizaciones polA�ticas y los sectores organizados debemos hacer un llamado a la unidad de todos los procesos de lucha. Debemos redoblar esfuerzos y con la experiencia del aA�o 2016 frenar el ajuste presupuestario en Ciencia y TA�cnica. Es primordial discutir qué ciencia queremos y necesitamos para avanzar en las conquistas fundamentales que pongan de relieve el trabajo de los Investigadores. De esta manera, ir cimentando las bases de un sistema cientA�fico que estA� al servicio de las necesidades y deseos de las mayorA�as y no de profundizar la explotación y el saqueo.

El desarrollo cientA�fico actual ha logrado poner a toda la producción mundial bajo su A?rbita. Los avances y descubrimientos que transforman la naturaleza de forma impensada y en tiempo record, son consecuencia del despliegue del conocimiento que se promueve en laboratorios, universidades, institutos y centros de investigación.

El control de los procesos productivos que tiene a la ciencia como necesidad concreta para perfeccionarse, no puede prescindir de aquello que le da valor: el trabajo humano.

De aqué brota la importancia de la organización de los trabajadores cientA�ficos para poner todo el conocimiento en función de las necesidades de los trabajadores y no del capital, y para comprender que es la clase trabajadora la que tiene en sus manos el desarrollo de la producción.